Síntomas
Se caracteriza por una fiebre ligera, dolor de estómago y malestar general uno o dos días antes de que aparezca una erupción de aspecto rojizo y plano. Ésta comienza generalmente por el cuero cabelludo, la cara y la espalda, pero puede extenderse por cualquier parte del cuerpo, aunque raras veces se observa en las palmas de las manos o en las plantas de los pies.
También puede haber un intenso picor, seguido de la aparición de diminutas ampollas transparentes.
Junto a ellas se observan habitualmente manchas rojas.
En la mayoría de los niños la varicela desaparece en menos de dos semanas.
CausasEste virus se propaga rápidamente, sobre todo entre los niños. La infección, relativamente inofensiva, se transmite a través de los estornudos, tos, ropas impregnadas por el virus y por el contacto directo con las ampollas abiertas.
Prevención
Por el momento no existe ninguna vacuna oficialmente reconocida en este país.
Complicaciones
Las complicaciones son muy raras, aunque la varicela puede dar lugar ocasionalmente a encefalitis (inflamación del cerebro), meningitis o neumonía.
Las complicaciones graves son más frecuentes en aquellos niños que estén tomando medicamentos como los esteroides, que pueden disminuir la función del sistema inmunitario del organismo. Consulta sin tardanza con tu médico para que te imparta los consejos pertinentes.
Consejos prácticos
Toma baños fríos sin jabón cada tres o cuatro horas durante los dos primeros días y añade unas cucharadas de bicarbonato sódico al agua de baño.
Pide a tu farmacéutico algún producto que te proporcione un alivio temporal.
Unos calcetines de algodón en tus inquietas manos evitarán el rascado excesivo, que puede provocarte una infección.
El paracetamol (p. ej. Apiretal) ayuda a reducir la fiebre. No des aspirinas (ácido acetilsalicílico) a los niños menores de 12 años de edad.
Los helados de hielo ayudan a bajar la temperatura, proporcionan azúcar y agua y al mismo tiempo disminuyen la irritación que provoca la infección en la boca.
Más informaciónLa varicela deja de ser contagiosa 5 días después de que aparezcan las manchas. El niño puede volver entonces a la escuela.